Un triste y gris amanecer
Interrumpe mi tibio descanso
Y entre sucias ventanas y patéticas cortinas
Le da la bienvenida a mi maldita vida…
Vida que minuto a minuto se termina
Sin ser aprovechada como debiera,
Cómo poder volver al ayer quisiera,
Pues hoy la tristeza ha sepultado mi felicidad
En una incómoda tumba infestada de pestilentes ratas.
La felicidad se fue
Pero con sus fantasmales y fríos brazos
me abriga una vieja amiga,
Me venda los ojos…
Mis manos y pies ata con brutalidad…
Y salvajemente me golpea y sin piedad.
Me ahoga, fulmina mis sueños…
Me inyecta de amargura y dolor…
Y aplasta con atroces patadas mi frágil y delicado corazón.
¿Porqué me pasa todo esto?
Quiero llorar…pero ni una lágrima consigo derramar…
Quiero gritar… pero éste ahogo reprime mi aliento…
De todo esto…inútil es el intento…
¿Qué es éste implacable sentimiento?
No existe nada que me pueda salvar de éste tormento...
¿Porqué?...¿porqué éste ataque emocional desconocido?
Aquí, recostado en mi cama, con la luz apagada,
Observo con profundo odio hacia la ventana…
A través de ella se asoma una espantosa mañana…
Me sonríe hipócritamente y se burla de mi situación…
Recostado aquí en mi habitación…
Observo cómo todo mi entorno se derrumba y me deja rodeado de miserables e inútiles ruinas…
El viento sopla y en mi cara escupe cenizas,
Victorioso y fanfarrón, de aquí se larga con humillantes risas…
Avanza el tiempo,
Y desde aquél espejo, un pálido y demacrado rostro me observa fijamente y sin perderme de vista, su oscura mirada y sombría silenciosamente me grita “te odio”…
Me acosa, quiere dañarme, de ésta pesadilla quisiera escaparme…
Pero no puedo hacer nada,
Estoy encadenado, por la eternidad condenado…
Una maldición, sin lágrimas que puedan expulsar mi dolor.
Sigo aquí, en mi cama recostado, siendo por la soledad, la tristeza y la confusión severamente golpeado,
Viejos amigos de los cuales me había olvidado, pero han regresado, pues su venganza satisfactoriamente todavía no han terminado, y yo aquí ante ellos me muestro indefenso… sin nadie que me ayude y me aleje de ellos.
Majestuoso y burlón, sobre el cielo me observa el sol…
No es hora de dormir, pero me rehúso a continuar así…
De este infierno tengo que salir.
Oh estúpida e imponente locura, que mi rostro de tal manera has de retorcer, y ante todo esto cruelmente me obligas a sonreír…