Quise ser alguien, y me quedé en nada.
Quise amanecer a tu lado, y amanecí helado.
Quise detener el tiempo, y viví en un suspiro.
Quise agradarte, y me vestí con prendas de otros tiempos.
Quise cristalizar tu amor en un diamante, y se me rompió el corazón en mil pedazos.
Quise dibujar tu retrato en la arena del tiempo, y me salió un garabato.
Quise pronunciar tu nombre en voz alta, y se me quedó atorado en la garganta.
Quise podar la hojarasca de mis versos, y me creció un árbol con ripios como ramas.
Quise construirte un castillo en el aire, y se lo llevó una ráfaga de viento.
Quise volar alto, muy alto, y caí en picado al tocar el cielo.
Quise fundirme con la luz, y me fulminó un rayo.
Quise morir de amor, y me curé de espanto.
Quise enterrarte en vida, y cavé mi propia tumba.
Quise acabar este poema, y no supe ponerle fin.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.