Es preciso volver a mirar este hoy
dejando marchar los rencores
nacidos del odio, escapados de la soberbia,
y acunados entre nanas
sentir los arrullos que anuncian un nuevo día;
es preciso creer que es posible volver a confiar,
que es posible inventar una sonrisa
y dibujarla con las yemas de los dedos
bajo la atenta mirada que aliviada y sosegada asiente.
Es preciso reconocer el error
de no haber amado más,
de no haber mentido menos;
la injusticia de haber condenado
al inocente por blandir su silencio;
es preciso aceptar que no fuimos…
y que tampoco llegamos…
preciso es conciliarnos con nuestra pobreza
- morada donde habita nuestra grandeza-;
porque en ella están las respuestas
a tantas preguntas en horas de desconcierto.
Es preciso “desaprender” y dejar, como río vivo,
que fluya en nosotros “otra” emoción,
aquella que nos libera, que nos acerca un poco más
a lo que, sin saber, somos.
Es preciso volver a mirar la tierra y sonreír,
a perdernos en la noche soñando
y a encontrarnos en el día amando.
Es preciso reinventarnos en nuestras ilusiones
y cabalgar sobre el corcel desbocado de nuestros sueños;
es preciso abrir los brazos
y comenzar a abrazar sin saber a quién ni porqué;
es preciso dejar de decir….
… ¡ya no puedo!
Es preciso saber que es posible otro amanecer,
que otro despertar confundido entre murmullos de paz
abandona la noche queriéndonos abrazar.
Es preciso dejar de ser y estar con todo lo que nos condena,
para comenzar a Ser y sentir de todo lo que nos libera.
©jpellicer2012