Mi lindo Niño Jesús, ante todo, gracias por la vida, por la salud, por mi familia, por mis amigos, por una nueva mañana a observar cada día y por tu existencia en mí.
Te sorprenderá que hoy escriba para ti, ¿desde hace cuánto no lo hacía? ¿quince o veinte años quizás? Ya ni lo recuerdo… antes pedía juguetes con entusiasmo, luego cuando fui creciendo mis necesidades fueron cambiando y pedía además de cosas materiales, pedía por el amor y la unión de mis padres, por la salud y la prosperidad y, ya en mi edad adulta dejé de escribir, pero jamás dejé agradecer y a ti pedir; hoy me acerco a ti por medio de estas letras que se moldean en una nueva carta hacia ti y que desde mi yo interno ha decidido de nuevo existir, pues bien, hoy vengo a retomarme y después de un año más en mi andar por veredas y autopistas, hoy quiero ante ti con mi presencia una huella más dejar…
Ha sido un año maravilloso, he vivido con todo lo que tú me has ofrecido, he soñado como tú siempre me lo has enseñado, he obrado como tú me lo has indicado, con mis aciertos y desaciertos porque ser humano soy y no con ello quiero excusarme, sino que en mis tropiezos siempre tratas de hablarme y en mi erróneo proceder tú estás ahí para que yo jamás deje de aprender… he tenido un año con tristezas y alegrías, pero en ello siempre he sentido tu compañía y desde ahí he sido feliz…
He ido creciendo con lo que tú me vas ofreciendo, entre el dolor y el llanto siempre he encontrado quien alivie mi quebranto y tu mano siempre ha estado ahí. Sé que he tenido sueños alcanzados, esperanza, unión familiar en gran medida, paz desde mi alma, prosperidad porque poco me ha de faltar y hoy, que ya estoy configurando el nuevo año por venir, como siempre me acerco hasta ti porque desde mi naturaleza humana algo más hay que pedir.
Tú que naces cada 25 de Diciembre, (así me lo enseñaron y así desde siempre lo he festejado) y traes tantos regalos a la humanidad entre materiales y espirituales, yo no puedo dejar de estar, de soñar, de sentir, de necesitar, de ofrecer, de agradecer, de amar y de pedir… tú, con tu humildad nunca dejas de dar y vienes a regocijarte en mi corazón, yo quiero pedirte con todo mi amor, que no dejes de nacer en mí en este nuevo año que ya está por venir.
Quiero elevar una oración para los que ya no están, y los que acá quedamos sepamos vivir como hermanos, que la paz reine en cada corazón, que reconozcamos cuando estamos errados y quienes estén necesitados de ti logren de alguna manera tu presencia sentir, que toques esos corazones equivocados y los conduzcas por los caminos de la paz y la reconciliación.
Quiero pedirte por la unión de la familia, que ésta sea consigna de batalla diaria, desde ahí la integración, los valores universales y la identificación con lo nuestro podrá darse y una sociedad mejor cada día podrá evidenciarse.
Te pido por los niños de la calle, por los ancianos desvalidos del amor de sus familiares, por los que sufren ante la falta de fe, por los enfermos de cuerpo y alma, por los indigentes y los animales que deambulan por las calles, por los maltratados en la vida, por los que padecen de hambre, por los refugiados a causa de las guerras y por todos quienes necesitan de ti en su vida para que la luz y la paz llegue a ellos y cambios puedan lograr en el nuevo año por llegar.
Y para mí te pido: primero que nada mucha salud para mi familia; quiero despertar cada día llena de sueños y esperanzas, libre desde mi alma, saber que me esperan ineludibles circunstancias que me mostrarán nuevas maneras de vivir, de comprender, de mirar y afrontar al mundo que me rodea. Quiero sentir en cada día la posibilidad de cambiar, crecer, mejorar y fortalecerme; quiero amar, seguir amando al hombre, ser y sentirme amada, no dejar de sonreír porque tengo la convicción de que tú existes, quiero seguir teniendo esa niña que vive en mí, que ríe en voz alta, que llora con las manos en el rostro, que grita, corre y salta de emoción, que siente miedo y angustia ante cualquier situación. Quiero seguir siendo yo fortalecida cada día…
Qué hermoso ha sido de nuevo escribirte, siento más aún mis noches llenas de sueños y mi alma complacida está de esta nueva oportunidad de saber que sí pude volver a escribirte, adorado Niño Jesús.
Desde mi alma hoy te he pedido con el sello único de quien te ama, espero como siempre quieras tú brindarme tan especiales presentes.
Te amo...
Lisbeth
25/11/2012