Caminar en la noche por senderos
llenos de verde, magenta y gris
y al lado del sendero un riachuelo
que llora como un suave trinar
lo que los humanos le han hecho,
Han cubierto su brillo de lodo, sus laderas
de escombros, su amor por su recorrido
sin poder entregar su color, tersura y transparencia
cosas que hace mucho tiempo le fueron arrebatadas.
Continúa su recorrido sin parar
hacia el mar lejano, cruzando montañas, uniéndose
a los ríos, llevando un poco de todos los que le ven.
Los sentimientos de amor, los pesares de lo perdido,
el gozo de los niños, el balón de los jugadores.
Una mirada amiga le recuerda que tal vez
En no muy lejano tiempo volverá su resplandor,
al menos tendrá amigos compasivos, que le ayudaran
a cuidar de sus riveras, a brillar bajo la luna, a dar
un buen aroma, a llevar vida en sus entrañas.