No, éste no es un poema,
es una carta, un mensaje, quizás
un reclamo de mi alma a tu ser.
Sí, para tí desde lo más profundo de mi ser querido;
embriagaste mi alma de un elixir de amor dulce-amargo,
que me congela los labios, la garganta y en el pecho
se detuvo a quebrantar los sentimientos
enterrandote en lo hondo de un corazón.
Haz doblegado con una tierna mirada
la voluntad mía, he caído vez con vez;
suciamente me susurraste uun sentimiento
disfrazado de magia y sueños a futuro.
Te repito no es un poema, es solo que
desde que te conocí sentí lo que era caer
tan lentamente, sufrí cada centímetro que bajé
hasta el piso, donde el golpe no fue exteriormente,
el dolor ha sido y siempre será la marca que hay
en mi rostro, corazon y alma; una grieta enorme
de donde te llevaste la pequeña parte de donde nacía
la verdadera felicidad, de donde nacía la vida para mí.
Tú mi sombrío pasado, mi dulce adicción, tú.