Siempre con ganas de llorar pero las lágrimas caen en mi imaginación, solo en esta realidad la amargura las congela, poco a poco ya marchita, con el alma en las pupilas aun sueño con prisa y sonrió con mentiras.
Cargando una cruz eterna mis pies sangran por tanto correr sin caminar y por la fatiga ya sentada me cuesta respirar, la hipocresía me rodea y consume mi esencia. Alejándome de lo que un día mis dedos palparon “La alegría”, que ironía vivir una vida que siempre estuvo marcado por eventos desafortunados, de un día que me forzar a admirar lo malo de las personas que lastimaron, su frivolidad, su vanidad, su frialdad… y siempre con ganas de llorar.