Extraño esos días que no identifico
Me desangro en soledades sin sombras
Y maldigo con furia mis dolores eternos
Pero reconozco soy culpable de tu ausencia
Extraño recorrer las calles de mi provinciano pueblo
La sonrisa de los niños jugando en los jagueyes
Los bellos Montes marianos sabor a chepacorina
Y una linda mujer carmera que deje partir un día
Extraño las charlas matutinas con mi abuelo
Esas de sueños, de ilusiones y utopías
Y las noches de arrullos maternales
Las de sones de acordeones y de liras.