Acaricio el cielo, cuando tus ojos
se reflejan en los míos, tiernamente,
y en la comisura de tus labios rojos,
inadvertida sonríes dulcemente.
Nace mi inquietud, contemplando
serenidad en ojos de doncella,
en cuadro renacentista estando
pintada figura...señera ella.
Tu ternura, es siempre contagiosa,
enigmática belleza en ascención,
delirantes perfiles...¡UNA DIOSA!.
Existes...esa es la sensación,
del cielo te escapaste hermosa,
-beneplácito para mi corazón-.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Nov.26/12