Llevo las huellas de tus besos,
las caricias de tus manos,
los tatuajes de tu cuerpo,
el olor de tu sudor...
Te recuerdo en constante movimiento,
en la quietud de un momento,
en el sabor de las lágrimas,
en esperanzas que no tuvieron alas.
Y te pienso y en mi sentir te imagino,
te dejo, me alejo, en mí te confundo,
como un dulce recuerdo
que en mi vivir fué sueño.
Y suspiro, te lanzo al viento
y me arrojo trás de tí
y me surge un: "te extraño",
pero tú nunca estarás aquí.
Más olvidarte aunque la herida sangre,
es plasma que corre por tí.
Y trás el suspiro rutinario repetiré:
La vida es así.