La luna se escondio curiosamente en uno de mis bolsillos, colmados de pelusita, comenzo a tozer... Refunfuñona, loca y malhumorada, me pregunto si podria cuidarla, le respondi un "si", entusiasta pero reservado en silencio...
Me ruborise...
Tan blanca, tan pura, tan bella; mucho mas de cuando la contemplaba sentado en el techo de mi casa...
Luna... Lunita... Dejame ser tu unica y eterna estrella.