Se puso brava la manzana
y en su fiera bravura
regañó a la guanábana
y castigo a la uva.
Estaba tan llena de ira
la señora manzana
que gritó a la mandarina
y ofendió a la banana.
La manzana fuera de control
formó la gran riña
golpeó a la coliflor
y también a la piña.
La señora pera
aconsejó a su hermana
para que no siguiera
tan malhumorada.
La señora manzana
el consejo escucha
pues quedó calmada
y se disculpó ante las frutas.
Alejandro J. Díaz Valero