Me gustaría camuflar me, en una nube
Entre su sombra y el agua del mar,
Para intentar cerca de la luna y su noche,
Ver a mi Padre, por el paraíso celestial...
Ver su espíritu y charlar un rato con él, en su estela
Y después bajar en otra nube contento con mi hacer,
Pero son sueños virtuales, que desarrolla mi consciencia
Aunque sería el mejor regalo y un verdadero placer...
Las nubes tienen contacto con las alturas del cielo, Aunque pienso muchas veces que el cielo está, en la tierra
Y juzga nuestros quehaceres en la verdad del verbo,
Sólo Dios sabe si es que existe, la mentira y la verdad...
Soy creyente de las tablas de Moisés, pero no del Papa
Y sus discípulos que forman una política colateral,
Entre el hipotético cielo, e infierno y toda su plaga
Nosotros mismos en carne y hueso somos la verdad...
Volviendo a las nubes son globos que se forma entre la atmósfera
Y se llenan de agua en el diabólico mar, que estremece mi pensar
Por momentos he creído, Subir al cielo vertical y su esfera
Donde he podido hablar místicamente con mi Padre y mi soñar...
Divago, vivo, respiro y suspiro, mientras escribo este pergamino
Y me creo que el boli del iPad, es una pluma que mojo en el tintero,
Lo que escribo y pienso, en los trances que viven mi dominio
Y teclean las letras que dibujan toda esta verdad, o misterio...
¿Qué busco en este libreto, lleno de fábulas y cuentos?
La verdad es que no se el fondo ni la forma, de este verbo
Que línea a línea, va extrayendo de mi bocetos,
De lo que soy y quisiera ser yo mismo entre mi silencio...
Y hablan mis letras por mí, que vivo escondido en mi cantera
Donde las piedras son de arena, que el viento se las lleva,
Arrastrando sensaciones que mueren dentro de mi cartera,
Que está vacía de euros, pero muy llena de triste letra.
Modesto Ruiz Martínez/lunes, 26 de noviembre de 2012 Enviado desde mi iPad