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AQUEL TREN CON SU CARGA

     AQUEL TREN CON SU CARGA…

 

Aquel tren con su carga de memorias sangrantes.

Por todos sitios los recuerdos se veían

aunque para nadie eran nada desconocidos.

¡A mí me parecía un viaje de los muertos!

 

Con hondo sentimiento y mi tenaz porfía

trotar quise el sendero que iba hasta la fuente,

donde no había magia que duerma al corazón

decorado en tristeza de las simas oscuras.

 

En hoyos dormideras los eternos suspiros

contando sus razones a la ira encendida.

Con  malla pescadora de fuego de luceros

intentaba el sosiego dentro de mi caverna.

 

Se abre el testimonio de rostros indelebles

irrefutables son, tintineantes vidas,

que se perdieron rotas por estériles dogmas

cuando aquel amasijo de balas y de gritos

demostraban no ser sostén de nada.

 

Las luces de la máquina buscaban en las zanjas

los ojos que quisieran mandar algún mensaje,

de cual era el lugar donde blindar su sueño

que el tren de la memoria pondría a buen recaudo.   

 

Pero solo los astros fueron comisionados

-pues al ser solidarios- presenciar la agonía

en desconchados muros, ¡salpicada ceguera! .

 

Estrellas recogían en su cóncavo espejo

para mostrarlo cuando tanto olvido,

no hubiera suturado interna herida.

 

¡De inocentes imágenes con ojos espantados

por la incredulidad, que la muerte se riera!