Mario Santiago

RING BACK TONE (RBT)

Cuando callaron las bombas

sólo quedaron las cucarachas

-tal y como se predijo-,

emergieron de las ruinas

pasando sobre despojos,

degustando entrañas podridas

y una materia gelatinosa vertida

de las cuencas de los ojos.

 

Un extraño y enorme cucarachón

parecía tener otro propósito,

poseía labios y dedos

y la expresión de su cara recordaba

la sensual imagen de Valentino.

 

Encontró una joven hermosa

a pesar de la negra muerte.

Triste, se detuvo en su boca inerte

donde puso un beso con sincera y babosa

 

pasión, luego el cucarachón libidinoso

-siguiendo alguna rutina de amante-

se frotó con sabia levedad, gozoso

en los pezones aún desafiantes.

 

Y donde antes tronaron cañones

un suspiro femenino rompió el retumbante silencio,

mientras, un inusual apéndice de generosas proporciones,

salido de la barriga del bicho

colocaba en la húmeda vagina

una cápsula con un letrero.

 

Meses después, un día luminoso,

cuando una brisa clara

había desterrado al humo y el polvo

y un poco de verdor

comenzaba a brotar en la tierra quemada

bajo el arco iris, entre el olor a lluvia

 

Aquella mujer resucitada

parió un varón precioso,

con rasgos de latin lover

siendo caucásica y rubia.

 

 

 

 

Adán, le bautizó

por un raro apego a las costumbres.

Creció de manera obstinada

sobreviviendo al fuego y a la escarcha.

 

Era zalamero, escurridizo y ladino,

hipócrita, codicioso y vago,

amante de la turba y el bullicio,

noctámbulo, con un enfermizo

gusto por la suciedad y la mierda.

 

Mira que su madre le regañó:

“Coño niño, pareces una cucaracha”

Pero jamás se enmendó.