Para el Ave que se ha llevado mi corazón en su pico.
Me llamas “mi amor”
y el mundo hace pausa.
Me llamas “vida mía”,
mi corazón se detiene
y mi cuerpo se colapsa
a tu encanto y tus antojos.
Adoro tu cuerpo,
deleite de mis ojos.
Tu boca, motivo de delirio
y liviandad.
Te veo y se desplaza
mi alma a tu dominio.
Yo te doy a cambio
una sonrisa
que durara la eternidad.