Hijo.
Caminas pensante y cauto, cuál mar de ilusión que rompe los sueños,
Te veo llegar… serio, altivo, seguro, buscando un futuro, sentado en tus libros…
expresas palabras, ideas y versos, no todos lo entienden, más sé lo que dices.
Quisiera abrazarte, ahogar tus protestas, y espero sereno, callado e inquieto…
que vuelvas un día, tal vez verás cuando, de sombras y ausencia subsisto en mi lecho.
Hoy partes de nuevo, y dejas conmigo… estela de incógnitas, hilos de esperanza,
alguien te recibe, mejor no sabré, rezamos al cielo y al Ser que nos quía, te cuide,
y contenga, regreses maduro, a estos los tuyos, que vieron tu cuerpo, un día crecer