El sueño se retuerce en mis ojos...
Me queda mirarme de frente
(Mi frente aturdida por el tiempo;
una muralla esquelética,
frondosa y débil en los sueños
-Lo real quita lo espacial)
Y oír la huella de los ángeles...
Levantando su velo
(El polvo de la piel cruda y enferma)
Me saluda ella de pasada
(El tiempo se la llevó, llevando mis páginas
poemas y declamaciones con la boca muda
pegada en mi boca muerta)
Era la aurora aquella imagen del cielo
(¡Perfecta!)
Me tomó de los ariscos reflejos
(Mis ojos péndulos de la inmensidad de sus latidos viajeros)
Y flotó cada pétalo de su falda
Volando por la fría piel
de las calles vacías
de árboles en movimiento,
pero repletas de lágrimas
de árboles adheridos
a la herida del suelo...
Cubriendo lo extenso del alba...
Erosionando las amorfas siluetas
de la cascada del entretecho
con la intensa luz que despierta
a los muertos de entre las manos marchitas
Y se escribió una sonrisa durmiente bocal
Que evocaba un extraño lenguaje
Sí era ella; el camino sutil de la cama
era ella!!!
Las palabras que se desbordan al final
de cada alarido escarlata del mañana
Era ella vestida de migajas de carisma
su sonrisa dibujada de entre las aves
desdibujando el pestañear del oxigeno
Modelada de vida
Sonríe alma
Y en su corazón suspira
alfileres drogados
por la espiral
lentamente
en el nudo
de mi válvula
escarlata...
Era aquella noche de mi mañana
era siempre, es aquella mañana de la noche que no acaba...