Cuando la desesperación llama a mi puerta
se queda a vivir por varios días en mi casa,
la soledad lo invade todo, hasta mis entrañas,
quisiera acabar con todo y no ser nada.
Cuando la desesperanza se queda en mi sala
entra un sentimiento de tristeza, de no ser;
lo que se supone debiera ser mi morada,
llorar no sirve de nada, si a caso de dar lastimas.
cuando la desesperanza habita en mi corazón
quedo callado, quedo en penumbras;
sin amores, ni amigos que oigan mi cuitas
cuando la desesperanza habita en mi alma.