Podemos amarnos
en el quedo destello del otoño
sobre las hojas que el viento vuela,
en el hueco en el aire que deja
el ala del pájaro al volar,
en la luna que mengua y se eclipsa en el ojo solar.
Podemos amarnos
en el agua que reposa en el remanso
y en el lecho del río se renueva,
en la alborada que la estrella de la mañana anuncia,
justo antes de que la noche se despedida.
Podemos amarnos, si
en la sonrisa de un niño
y en su mirada inocente
recordándonos las propias: la sonrisa y la mirada;
en el tacto de la rosa y en el color de su olor,
en el gemido de la virgen que por primera vez ama.
Podemos amarnos en la rama
que ante el abrazo del viento sin resistirse se pliega
reconociendo su pequeñez;
en la pausa de un acorde, en una nota escondidos;
y en el andante, en el allegro, in crescendo,
hacernos melodía a viva voz.
Podemos amarnos en la sal que danza en la ola
y que en la orilla susurrante besa dormidas caracolas.
Emilia. 26/11/2012
http://vuelosdedragon.blogspot.com/2012/11/podemos-amarnos.html