La misma esquina de siempre...
Sentado en una silla eterna,
él espera.
No sabe qué, pero espera...
La tarde, la noche, la vida...a ella...
Quién sabe?
Se bebe su café ya helado
y suspira...
Mira a un costado y sus ojos
encuentran otros...
Pero no es lo que espera.
No, será mejor bajar la mirada.
Un sorbo y llegará, piensa.
Revisa su reloj: no, no se ha detenido.
Otro sorbo...otros ojos...
Frío de invierno.
Cae una hoja amarilla sobre su mesa.
Es un signo, piensa.
Busca un cigarillo...una larga pitada
y el corazón late.
Perfume conocido,
un par de piernas eternas,
la mirada azul que adora...
Y apura su café.
Abraza su ilusión y se convence:
"Hoy no vendrá, pero...
quién sabe?
mañana, quizás".