Hoy me haces falta
en mi conciencia arrodillada
al flemático pensamiento
de saberte perdido.
No existe angustia para hablar de ti
mi pincel es un pañuelo devolviendo
a mis lágrimas la sal que en tus labios
revolotean como azúcar
-todo- para beberte y llegar al estruendo
de tus preguntas imitando el paraíso.
La esperanza es un desierto en esta página
supe que amarte era la consecuencia lógica
de arrastrarme por las estrellas inventadas
en un mundo devorado por mis designios.
Cuéntame
¿La noche es un monolito cuando deja de llover?
¿El tiempo es la estrategia para detener el vivir?
¿Vivir es el pretexto para empezar a morir?
Trataré de olvidar el ayer parecido a tu voz
quitar en mis llagas la herida imaginaria
de un amor prisionero a mis ruinas.
Dormir es la magia para empezar a soñarte
soñar es la morada para recordarte
recordar es mi manera de crearte
crear es la imposibilidad de querer amarte.
Amarte es el mar para reconstruir
el puente inquilino hacia la ciudad
donde me espera mi fiel habitante.