Eres como una amapola
hermosa y nada fácil tocar,
resguardada por los paladines
de la lengua de la sociedad
Eres prohibida,
así quedo estipulado por
el mandato divino y
la firma en un papel.
Te he visto llorar,
te he visto sufrir,
estas amarrada a un amor
que no sabe de tu existir.
Mujer prohibida,
desde que atravesaste por mi corazón,
sabes que te puedo amar
y hacer olvidar esa amor sin razón.
Se que eres fiel al amor aunque sufras por el,
también se que quieres amar y no sufrir por amor,
y yo en el medio de tu decisión resignado
por alcanzar una flor prohibida como tu amor.