Mi maestra tiene un hijo
que es mal educado,
estudia conmigo
y lo he observado.
Tan dulce su mamá
cuando da la clase
pero él nada más,
desastre y desastre.
La dulce maestra
casi ni respira
con mucha vergüenza
a todos nos mira.
A veces me pregunto:
¿Qué habrá pasado?
si ellos viven juntos
¿Por qué se han diferenciado?
Al verlo me da ira
y pensarlo no quisiera,
que todo es mentira,
y que la maestra no es buena.
Alejandro J. Díaz Valero