unicornioazul

Mujer Haz Conmigo Nuestra Historia

Si es preciso que viaje hasta la hermosa Grecia,

Cimiente de héroes mortales e inmortales,

Y pedirle a la bella Zafos desde Lesbos,

Devuelva la gracia que le has prestado.

 

O pedirle permiso a al mismo Zeus,

De convertirme en soberbio ganso,

Para aproximarme ante tu pecho luz,

Y convertirte tú en mi bella Leda.

 

Y si la semilla de mi posible posteridad,

Germinase en la tierra fértil de tu vientre,

Quizá retoñarían en las yemas de tus alas,

Lo mortal o lo inmortal de este amor naciente...

 

Si pudiese robarle un poco de ese arte,

 Genuino del erudito cincel De un Miguel Ángel,

 O  un Da Vinci  para imortalizarte señora

Y en mi jardín posaras siempre sonriente.

 

 Con tu mirada a aquel astro caminante,

  Hermosa mujer que admiras la noche,

Y seas la fuente central de mis pensamientos,

Siempre de mis ojos cautivos  a  tu pluma,

Y  mis miradas esclavas de tus líneas divinas.

 

Venus no de  Milo sino de este aspirante nocturno,

A  poeta motivado por tus letras tan hermosas,

Y esos tus ojos de tu linda cara que  como Saturno,

Te engalanan cinturones coloridos de destellos.

 

Esos rayos  que pintan y engalanan tus vestidos,

Esos brillos que dominan mi dual panorama,

Donde caminas a mi lado por esa mágica ruta,

Donde el amor no se esconde, y te llamo Elena,

 

Pero no la de Troya si no la mía propia,

Que ha decidido aventurarse y navega a mi lado,

La que no teme a paradigmas sociales,

La que me ame no por lo que tengo

Sino por lo que soy y lo  que valgo.

 

La Magdalena fiel que me siga sin vergüenza,

Y no le duelan mis fracasos ni mis desventuras,

La que me aliente sin condición ni atadura,

La que decida su suerte jugarse con la mía.

 

 

La Adelita valiente ante disparos y lenguas  biperinas,

La que me haga mas fuerte con su lugar a mi diestra,

La que no me diga que es virgen, y que su Fe en mi sea,

La última morada donde en  mi vejez yo la tenga.

 

Y no te pido pues ser yo el príncipe primero,

De tus íntimas caricias de tus  pétalas tomados,

Pero si quisiera ser el último que te ame y comprenda,

Y seamos entonces fieles en esta vida y la que venga.