No.
Nunca existió.
-esa esquina en la que nos citamos-
El barrio.
No existe.
Pirizal no existe.
Tan sólo un sueño.
En un mundo sin esquinas.
A cada vuelta, suicidando ilusiones.
Sin vos, sin mí, sin vértices.
La esquina se pule
como un canto rodado.
Como un canto rodado rueda
entre piedras, hierba y río.
Nada me dice que estuviste.
Ni el canto ausente.
-ni la-vida-la-vida-
Esta esquina enuncia
la omisión de tu recuerdo.
La esquina que inventamos
desvaneciéndose entre pitadas.
Dos cuadras,
a la vuelta de la iglesia,
-contra-natura-
la espera re-nace.
Gardel y Zorrilla.
La callecita, las piedras y Lennon;
escapando a tu memoria.