LAS LECCIONES QUE APRENDO
No es para nada tan fácil, conjugar...
Conjugar lo real con lo deseable.
Es más tiempo destinado a fracasar
y ese fracaso se torna insoportable.
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El problema de la Conciencia que es herida
con la flecha envenenada por muchas culpas,
es que nos refriega por penas ya sufridas
y aprende que son inútiles las disculpas.
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De eso se trata, entonces, el Aprender...
porque con los errores también se aprende,
aunque estos nos duelen mucho al entender
que nuestra Conciencia no olvida, aunque entiende.
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Así, yo voy aprendiendo la Lección,
gracias a fuerza de equívocos y aciertos,
casi siempre sufriendo, más, con razón,
y por haber cometido desaciertos.
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De todos modos, tu y yo, cósmicos navegantes,
juntos para aprender en la Escuela de la Vida,
con error, acierto o experiencias emocionantes,
se aprenden las lecciones y se hacen compartidas.
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Si no parece que de ellas aprendemos,
algo siempre queda de aquellas lecciones,
ya que, por poco que las asimilemos,
quedan nítidas vivencias de emociones.
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¿Quién no ha llorado por alguna partida?
¿Quién no ha reído en un divertido encuentro?
¿Quién no ha disfrutado algo en toda la vida?
¿Quién no se ha emocionado en un nacimiento?
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¿Y que me dices de esos grandes amores...?
¿los que volcaste todas tus esperanzas?
¿No aprendiste de esos tantos sinsabores
que te demostraron tantas enseñanzas?
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A veces preguntas cuál es la lección
que te dejan esos variados momentos...
Yo respondo, que en tu mente y corazón
podrás hallar... el precioso entendimiento...
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Hasta pronto, amigo...
Eduardo Faucheux
30-11-2012