Hay lugares, no sé...
que viven para siempre
aunque sea en la memoria/
que son de la nostalgia
un momento de gloria,
que hacen que la vida
sea una bella historia,
donde el alma va a ellos
a recrearse a solas.
Hay lugares, no sé...
que dejan un perfume,
que impregnan los sentidos
de jardines azules,
de aromas de acacia,
de sándalo y romero/
flores alucinantes
que nos llevan al cielo.
Lugares que quizás
ya no son de esta tierra
son edenes perdidos
que sólo el sueño encuentra,
cuando en sus manos leves
el nos saca a pasear
de la cárcel de carne
que nos quiere apagar.
Y ahí es que respiramos
la dulce libertad,
y vemos que la vida
aun nos ofrece mas...
cosas que no hemos visto
ni soñado jamás,
cosas que de pensarlas
nos hacen suspirar.
Como aquel primer beso
que enchino nuestra piel,
aquel olor tan tierno
de ese tan bello ser,
o aquel hermoso rostro
cual vemos en la luna
o esos lindos ojos
que son como aceitunas.
Tantas preciosas cosas
nos dice ese lugar,
remanso de alegría
y verdadera paz.