ESMERALDA...
AÑORANDO UN AMOR
Tus ojos se cerraron para no mirar los míos,
a través del vidrio yo contemplaba
la muerte de aquel día frío, gris, otoñal.
Tus labios malvados se sellaron
y no buscaron los míos doloridos
que sin querer y despacio tu nombre mordian.
La noche nos envolvía con toda su mágia
y como dos tontos testarudos,
tú por cobardían y yo por estúpido orgullo no dijimos nada...
Miradas perdidas entre tanta gente,
que desbordaban las ganas de amar,
que inquietas desnudaban el alma del otro,
pero llenas de tormentos del pasado
empañaban el deseo ardiente del presente
y en el horizonte se echaban a morir.
Del cielo una leve llovizna caía,
mojaba mi pelo y enfriaba mi cuerpo
era como si Dios reflejaba mis sentimientos,
eran las lágrimas de mi alma herida.
He perdido el control de mi corazón,
ya no sé lo que piensa o siente...
Ya no espero nada, sólo ha sido un día más
que nació con un montón de ilusiones
y como toda cosa terrenal llego a su final
para mañana volver a empezar
con la esperanza de lograr triunfar...
ESMERALDA