Mi mundo se viene abajo.
Entre los dedos solo baila el aire
y tres puntos suspensivos
sin un norte al anochecer.
Desnudo,
a noventa grados
bajo el suelo
huelo tu mirada,
pero el fuego de la espera
termina por ahogarme
en las aguas residuales
de este cansado amor.
Lento...
Mi mundo carga lento.
Como si de mis manos
e ideas de los minutos
de mis fuerzas dependiera.
Pero
sin manos,
ni ideas,
y sin fuerzas
ni minutos,
con la cabeza sumergida.
¿Que mas se puede hacer?
Dime, ¿Que hice mal?,
¿Dime el nombre
de esa piedra incierta
que en nuestro
incierto camino
deje de ver?
Nuestro amor es
como la flama
de una vela que
arrulla el viento.
Como el tiritar
de una estrella
en la profunda lejania,
sedienta de luz y forma.
Mi mundo se viene abajo.
En el suelo de mi existencia
solo baila el brillo de la bruma
y el sueño de la horca.
Y dos manos de Impotencia
que de cara al suelo te preguntan:
Si tu amor es la respuesta,
¿Cual es la pregunta?