Mientras resguardo el frívolo acaecimiento,
mientras su lluvia conmueva el firmamento,
mientras abrigue la bruma el espeso sufrimiento...
Arrivaré los muros del Edén
y tal cual paraíso te querré.
Entonces allegada la noche,
brazos y escrúpulos de antaño,
cuando tus besos fueron de cobre
y Dios se hizo escultura de mármol;
tal cual te nombre mi nombre,
la pesadilla y mi llanto,
así reverdece el crepúsculo tu nombre
así mi amor parece escaso.
Nunca será incoherente,
será más bien poesía
a tu presencia inerte.
Shalom Ferrin