Hazme beber del dulce vino
y derrámalo todo en mi alma,
besa sin freno estos labios míos
rompiendo en mi boca las palabras.
Hiéreme con esa pasión que desborda
y que nos hace el amor al besarnos,
yo moriría de ternura en tu boca
por sentirme mujer en tus brazos.
Muérdeme este deseo de amarte
hasta hacerme sangrar el corazón,
que esperó por ti soñando entregarse
incendiando mi vida con una ilusión.
Quiero agonizar en un lecho de caricias
adorándote hasta que se desnude el alba,
de un suspiro arráncale una tibia poesía
cuando se incline a besarnos la mirada.
Dispárame de lleno sin piedad alguna
con el tiempo vacío que pasé sin ti,
con la soledad mía que se empapó de luna
cuando el amor te encontró junto a mí.
Hiéreme, amor, hiéreme con un beso tuyo
dibujando tus latidos sobre mi blanca piel,
desgárrame la noche entre roces y susurros
y yo en esa inmensa dulzura volveré a nacer.
Desmiénteme el miedo que nubló mi voz
y ahógame en la vida de tus ojos de mar,
en tu boca me entregaré a morir de amor
inventando un beso que nos haga soñar.
Ceci Ailín