Las moscas vuelan
en círculos,
se paran
y vuelven a volar
sobre el cesto
de basura donde
se encuentra lo que
ahora somos.
Papeles en blanco
y arrugados,
otros con
palabras que
te escribí y que
hoy no quiero
recordar.
Envolturas de paletas
Tutsi Pop,
pedacitos de chocolate
amargo,
restos de flores secas,
y fotografías veladas
por el tiempo.
Nudos de silencio
amarrados por
tus cabellos negros
y un cojin con tinta
indeleble para el sello de
CANCELADO que hay
en tus labios.
La niña de intendencia
vacía el cesto,
pero como lamento
verlo lleno de nuevo,
por otras tantas
cosas de tí
que aún
a diario
desecho.