Sigue manchando el pulgar de la memoria tu recuerdo,
tinta de la más fina clase pero igual del peor sangrado;
la historia escrita con su sabor literario hace te realce
pero, de la misma forma, busque a la forma de negarlo.
Este amor que ha hecho con mi vida poco, casi desierto,
me incendia cada día con los rayos del sol cual pecado
por haber invertido la espera a que esa mujer me gane
absorbiendo su victoria lo que era dolor, ahora pasado.
Por eso, aunque la tinta de su nostalgia siga a lo cierto,
que el amor de dos florecidos dejó vaciando lo sagrado,
mi Julieta esté en otro puerto y este Romeo sin alcance,
hoy puede contar otra historia más la pluma del amado.