DAMSYD
Delirio de amor
Había en sus pupilas
una mezcla de expresiones,
era paz con alegría,
y al mismo tiempo desazones.
Sus manos eran finas,
manos musicales, sobre las cuerdas de una guitarra
vagaban sus dedos tocando canciones.
Era su pecho suave montaña,
blancas colinas donde mi tacto feliz andaba.
Entre cereza o dulce rosa era el color de la sensual boca que yo besaba.
Divino amor que yo te tengo,
que para amarte no es necesario que estés conmigo,
y si te extraño no es porque estés lejos.