Siento en mis huesos tu cándida bienvenida,
me asustaba esa idea pero,
en estos momentos,
me parece tan atractiva, tan bella y tan fugaz.
Cuanto más pasa el tiempo,
más me aterra la idea
de verte cada vez más cercana y bella.
No entiendo, no comprendo por qué,
pero sin embargo sé,
que es inminente el fin.
No me resigno pero,
¿qué haces cuando sabes el final de la historia?
¿qué haces cuando la tinta no se borra del guión de tu vida?
¿sólo te quedas esperando el final?
El miedo es cada vez más profundo,
me inquieta sobremanera,
siento en mi cuerpo correr sensaciones extrañas,
entre miedo, atracción y placer.
El minuto se acerca,
cierro los ojos y espero el fin,
me entrego al momento y borro mi mente.
Borro mi infancia, el primer amor,
los éxitos, los errores,
los miedos y las fantasías.
Al cerrar los ojos comienzo a perder la sensación de mi cuerpo,
siento en realidad,
que he comenzado a dejar este mundo.
Trato de gritar pero es demasiado tarde,
trato de llorar pero las fuerzas no me alcanzan,
lo único que logro es exhalar un último aliento,
después de eso me hundo en el tiempo,
en el espacio. Quedo suspendido en la nada,
en el todo, en el inicio y en el final,
nada tiene sentido en estos momentos,
ahora todo es efímero y constante.
Es totalmente incoherente y espantoso.
No hay retorno, no hay vuelta atrás,
es confuso e irónico, ahora
todo me parece otra cosa,
trato de no desvanecerme pero
termino cediendo y me pierdo en la nada.
Repaso mi mente una y otra vez,
pero ya no existe recuerdo alguno,
¿acaso he muerto?
¿acaso comienzo una nueva vida?