tus palabras encendieron la hoguera que arde en mi pecho,
tu ausencia es un puñal que hace de mis días agonía,
la eternidad me golpea, sólo tu presencia me salvaría
después del ocaso, la luna aparece y en su brillo deliro
y un deseo punzante, penetra mis pensamientos,
te puedo abrazar esta noche? la distancia te arrebata
Las horas arrastran sus pasos, se niegan a irse
En esta quietud silente mi alma se agita,
Tu voz la rastrea por recónditos lugares,
esperando mil respuestas, a las mil preguntas
Es tuya, Una imagen etérea que a mi viene.
Y me posees, un viento que aviva, un torrente que sofoca
Al fuego de la hoguera, que por ti arde en mi pecho.
Me das regocijo, una paz, un arrullo me envuelve,
En tus brazos me refugio, y espero que la aurora llegue