Me fundiré en mi verso como el oro/
que se funde en el fuego
cuando el calor lo abraza,
como la tarde agonizante
que en una línea muere,
como las olas inquietas
que en espumas de sal
se desbaratan.
Me fundiré en mi verso como la tinta
que se une al papel que tanto le ama
el cual en la blancura de sus líneas
le entregara su ser y su inocencia
para que esta dibuje en él sus sueños
y le pinte en su cielo estrellas blancas.
Me fundiré en la noche del deseo...
en emociones liquidas/fragancia,
colgado de la luna por un péndulo
suspendido del tiempo y la distancia,
atraído a otra aura, a otra esencia/
envuelto en espiral, en tierna seda
como ascendente oruga en plena marcha,
babosa que en deslice al caracol se pega
anhelando ostentar la cumbre alta.
Me fundiré azul como la madrugada/
que después de rendirse ante las ansias,
devanea anhelando tener mas tiempo
para arañar con avidez el alba...
el dulce amanecer que en ella ralla
y tatúa su vientre de luz clara,
sembrando en sus entrañas el bello día
y dejándole un dejo de nostalgia.
Me fundiré como el amor se funde
entre labios que acercan las distancias
cuando aun ya lejano/ uno del otro
se besan en el viento y se abrazan,
llenando en su albor las corrientes alisias,
impregnando a otros de su magia
y muriendo en la tarde cuando el sol ya inerte
se hunde al horizonte que le aguarda.
Me fundiré en mi verso al cerrar los ojos
buscando ser eterno y ser fragancia,
anhelando ser la aroma que perfume el sueño
y al despertar mi olor irradie el alba.
Me fundiré en mi verso pues no quiero
pasar como la carne que pronto pasa...
quiero ser un cantar, poema eterno,
un gen del infinito que nunca acaba...
Quiero ser como un río que fluya en verso,
que lleve a todas partes su luz clara.
Palabra, ser palabra que enhebre ensueño
y empape el universo de esperanza.