La fuente era bella
Más no tenía alma.
Distinguida era su piedra cincelada
Hermosa piedra
Casi extinguida
El sol la acariciaba
Cuando el se aparecía
Con el correr del día la abrazaba
Y en las noches la confiaba a las estrellas
Mientras la luna vigilaba
Su hermosura de doncella.
Cuando fue construida
Había esperanzas
Rondaba allí la vida.
Una pareja muy enamorada
Pensó que una fuente les daría
La paz que con los años anhelaban.
En ese instante
Jamás nadie pensó
Que aquel amor fracasaría
Y que aquello que soñaban
Nunca se daría
Y así ocurrió.
Cuando el una mañana de pronto se marchó.
La fuente se enfermó
Y sufrió en carne propia
La soledad de esa morada.
El agua no llegaba de la noria
Y se extinguió aquel fulgor
Que de su esencia emanaba.
Un día el regresó
Y un breve resplandor
Se vislumbró en sus aguas rancias.
Pero su amor ya no estaba.
Una rana le cantó
Un mes y dos
La ilusionó
La animó
Más era tarde
Para su alma olvidada.