EMILIA LEE / La mujer de abril
Luz de Equinoccio
Mas que tallo nervadura
brote de verde savia,
sangre de la tierra que se ofrenda al sol
y muta en alas que recién al viento se agitan,
sístole que en la diástole de la galaxia espiral resuena.
Luz de equinoccio, trozo de luz
alma de otoño y primavera,
gradación del marrón al verde sobre la seda,
muerte y resurrección del ave
auge y caída del real emperador:
el desprovisto de poder y cadenas.
Luz de equinoccio
reflejo de agua sobre el agua,
como es arriba es abajo su mirada especular
siempre la misma y distinta
coloreando la tangencia de las formas,
en los bordes de las hojas,
en el límte hasta donde los cuerpos alcanzan.
Luz de equinoccio que ritma un tiempo
rimando el verso,
entonando un canto el corazón,
mientras según sea la ocasión,
trinarán con algarabía los pájaros
y sonreirán las margaritas sus penas
u ocultará el oro viejo el sol
en la imaginaria linea de enfrente
donde cielo y tierra se besan.
Emilia,
2/12/2012