ESMERALDA...

EL AMOR SIEMPRE PUEDE BATALLAR

Que tristeza me dá

saberte tan extraño

y aunque conviviendo estamos

sentirte tan lejano...

Dolor, decepción

llenan mi alma al oir de tus labios,

esos mismos que apasionados enamoraban,

tantas hipocresías, mentiras, desconfianza...

Malditos celos, maldito orgullo,

que se adueñaron de tí

creandote fantasmas en tu mente

que te ciegan, te separan lentamente de mí...

Me he llamado al silencio,

no voy a discutir,

el tiempo será testigo de mi verdad;

solo rezo a Dios con fervor

para que te devuelva la razón

y así en calma, tranquilo

tu corazón vuelva a vivir...

Cada noche al dormir

seguiré despidiendome con un beso

y cuando ya en sueños repoces

ganaré la frialdad que me impone tu espalda

con suaves caricias de mi cálida palma;

jugaran mis dedos en tu pelo

desmarañando tus falsas telarañas;

y cuando dormirme quiera

buscaré para enlazarme tu mano...

Jamás dejaré que tus dudas

salgan triunfantes destrozándonos el alma,

responderé con sonrisas y dulces besos

cada despertar, cada mañana,

guardaré mis broncas y mi llanto

para estallarlos en la soledad de un baño...

Hasta donde resista el corazón,

hasta donde se agoten mis fuerzas,

seguiré de pié batallando

no cambiaré mi actitud, al contrario

compartiré contigo hasta el más mínimo gesto

todo el cariño, el respeto y el más sincero amor eterno

que ante el altar nos hemos jurado...

ESMERALDA