Mario Santiago

KAROSHI

Es duro, siendo de barro

ser tu príncipe azul,

que El Señor guardó

desde siempre para ti.

 

Ser gallardo Campeón

en el azaroso Torneo

por tu felicidad.

 

No el más sincero luchador

sino la mejor opción.

Adorable y divina.

 

Uno, que en su frágil humedad

lleva un malsano traidor

que alborota su mente,

que corroe por dentro

y destiñe la imagen

de perfección.

 

Una cosa, no obstante

aprendí de tus labios,

agridulce certeza

que formaron, mi memoria y tu cuerpo

y la luz primigenia

de tus ojos:

 

Por más que uno se oculte

el Amor te alcanza

y no importa quién o qué uses

para escudarte.

 

Sanarás o no

mis peores miserias

- no has de ser más que El Creador -

yo, me salve o no,

musitaré tu nombre como una oración.