COMO UN DIA CUALQUIERA
“El amor se ha sentado
en el cráneo de la humanidad......”
(Charles Baudelaire)
Mezclo lágrimas con ginebra
para confundirme con el alborozo,
para matar el escozor de su sal,
para decir que paso el día.
Hurgo de mesa en mesa
con la locura de hallar una sombra
que se distinga en oscuridades.
Con las rodillas,
en los sótanos cuarteados de la ausencia,
me arrastro encallecido,
vaporizado en tabaco,
meando alcohol,
escupiendo a mi sombra.
Cansado, emborrachado de mí,
deposito mi cuerpo en la cama.
Me zumban las voces
que rumiaron su distancia
para hincarme su lejanía.
Me bailotea un eco
que me adormece por fin.
Sueño con penas secas,
rancias en un desván pestilente.
Al rato, me despierto y comienzo de nuevo.
Y todo por desvelarte, amor.
(Kabalcanty. 1990)