Busco la sombra del sol y la luz de mi luna,
El abrigo de la lumbre en la chimenea,
Para avivar, el aliento de mi alma
Y calentarle a mi corazón y su aldea…
Hacer muñecos de nieve en lo alto de la colina,
Jugando a ser mayor, ahora que la vejez me llega,
No hay que perder la ilusión, ni el autoestima
Y gozar sin gozar entre sueños que dejan huella…
Ya se está apagando el sol, en este día de mi vida
Y en la noche que entra quisiera ver el amor,
Un jardín de flores y mariposas divinas,
Soñando despierto veo, sensaciones de calor…
Aunque la vida no es un sueño es algo más natural,
Quisiera sonreírle al viento, a la luna y al mar
Y pedirle a la Navidad que no me deje olvidar,
Que vivo en la Ñora y solo busco la caricia del amar…
¿Me pregunto a los sesenta años, que es el amor?
Y ya sé que nunca sentiré, lo que en los setenta sentía yo,
Los besos aquellos dulces, los bailes libres y lentos
Y la pasión que me hacia recorrer, contra el viento…
Tan sólo para abrazarte y darte mil besos,
Tardes de domingo en el cine abrazándonos,
A oscuras mientras la película seguía sus pasos
mientras nosotros, encendidos y pegados besándonos…
Sensaciones más ricas que mil minas de oro,
Nada supera el climas a donde nos lleva el amor,
Que recorre el río de la ternura y el dulce tesoro,
No cambiaría tus besos y tu placer, tú eras lo mejor…
Pero ahora ya no te tengo, ni aunque quisiera tenerte,
Ya que te incineraron y volaron tus cenizas;
El santuario, de la Fuensanta y se alejaron sin retenerte,
Por eso lloro tu ausencia, por esto mi vida se hizo trizas…
Al enterarme de tu enfermedad y tu muerte Antonia,
Esperó y deseo tu perdón, si es que te hice daño,
Yo era tan celoso que me pudo, mi celosa agonía
y por esto, sigo buscando la sombra del sol y la luz de tu luna…
Modesto Ruíz Martínez /domingo, 04 de diciembre de 2012 Enviado desde mi iPad