Mudaron las estrellas, aquel lucero esbelto
anclado en la espera milenaria,
Las contradicciones abundan en el cielo.
a golpes abrazan los pechos de los abuelos,
los niños lloran el drama de los viejos.
Un arcoiris rojo cubre el ocaso,
un líder sin rostros aturbantado ríe a lo lejos
y las madres desgarran las bombas con su llanto.
¿ Quién bendice la pila de huesos y las almas calcinadas,
ni el beso de Judas ni las mentiras de Pedro,
quién para ahora mis lágrimas capturadas... ?
En Palestina todos arrojan la cruel mirada
no hay uno que guarde el pecado,
pero si el silencio de la historia crucificada.