Todo lo que ella quería
estaba allí, durmiendo entre sus brazos...
El cabello ensortijado,
los ojos como estrellas,
la piel, blanca como nube.
Una mano en su cintura,
la otra, sobre su pecho...
Ella podía sentir su respiración,
la dulzura de su voz en el silencio
y los latidos de su corazón...
Un rizo sobre la frente,
y el beso que rompe la quietud...
Sensación de paz.
Amor inconmensurable.
Y el perfume de la inocencia.
Todo en uno.
Comienzo y final de la vida.
Razón de estar en esta tierra.
El porqué de seguir VIVA!
Ella, sigilosa, se retira
y desde el umbral, vigila a su ángel:
"Duerme, mi amor,
que yo no me voy,
que yo me quedo.
No temas, mi sol,
que yo estoy aquí,
que yo, simplemente
TE AMO!"