ALVARO J. MARQUEZ

RIMA

"Que rimen sabios con labios que tu ausencia no soportan,/ son sabios los labios que me besan,/que rimen pues, las cosas que me importan,/ con aquéllas que no me interesan".


 

La poesía siempre te consiente, te mima

y tu nombre hermoso lo escribo y rima

y si no, entonces yo hago que rime bien.

Algunas palabras al abecedario le robo,

aún sin caperucitas le invento un lobo

y si hay alguna se lo invento también.

 

A las rimas hay que obligarlas a salir,

no importa lo que tengamos que decir,

pero en cada poema deben estar ellas.

Hablar de cercanía o de tristes ausencias,

habla de lo humano, de las esencias

o de recuerdos y que rime con huellas.

 

Hacer que gallo rime con amanecer,

que la noche como lechuza pueda ser

y que cada palabra suene parecida.

Que nos rime el destino con la suerte

y hasta encontrarle a la propia muerte

algún modo de rimarla con la vida.

 

Que la luz a la oscuridad se le una,

que en rimas se casen el sol y la luna,

todas las estrellas y el solitario viento,

que el odio nos pueda rimar con perdón,

rimar al alma con nuestro corazón

y al beso con el más puro sentimiento.

 

La rima se puede lograr sin problemas,

al margen de cuáles sean los temas

que en nuestro poema vayamos a tratar.

Logramos que la noche rime con el día,

la realidad total con la más bella fantasía

y hasta el río indetenible con el mar.

 

Que nazca la rima, que su consonancia se vea

que cada palabra que se diga con ella se crea

y en todo poema hayan diez o hasta treinta.

Que rime boca de alguna manera con beso,

buscar que la pasión también rime con eso

y con el amor y si no hay amor, se “inveinta”.