Mirando para el suelo, hablaste. Como una sonámbula, oía, no entendía lo que decías. ¿Era para mi? ¡Que raro! Me estabas acusando de cosas tan horribles que no podía ser.
Como has conseguido fingir tantos años sin darme cuenta, de tu falsedad de tu rencor e casi odio por mí.
Sin darme cuenta he dado dos pasos, de inmediato me llamaste cobarde, porque no quería oírte. Solo estaba cambiando de posición.
¿Sabes? Casi estropeaste mi vida, la tuya e de tu Familia. No hablando en lo que podría haber pasado con tu futuro.
Eso aun no esta decidido en las manos de Dios pendiente de su justicia espera la hora de tu penitencia.
Tengo en una hoja, algunas frases que echaste en mi cara, con la complacencia de quien tenia que haberme defendido. Al revés sonrían.
No sé cuanto tiempo, pasó. Yo en pie siendo juzgada sin juez ni delito. Me marche sonámbula como estuve, oyéndote, mientras sin realidad, estuviera en el cuerpo de otra.
Mucha agua ha pasado bajo los puentes, muchas lunas llenas se volcaran en luna invisible, pero mi desprecio hacía ti creció.
No te veo, no te siento, ya moriste para mí. Tampoco importa, no me eres nada, a no ser un intruso en mi vida.
Eres el pasado. Eres algo sin nombre, eres poco más que olvido.
Agradecida, mucho, aprendí, tú fuiste el profesor.
La vida es un todo, en medio existen nadas, tu fuiste eso.
Sin mi perdón sin mi amistad, espero que vivas feliz.
Oporto, 30 de Noviembre 2012
Carminha Nieves