“Un día como hoy extremadamente azul,
Llevo en mi memoria tu silueta,
Dormida y sombría, en la dulzura envuelta,
Colmándome de alegría, por mi amor que eres tú.
Al encontrarte no veo ya palabras para acariciarte,
Solo veo una eterna soledad que une nuestras almas,
A un fuego, a un torrente de pasión envuelto en llamas,
Que me llama a buscar en tus adentros y encontrarte.
Y del llanto nace la risa cuando te toco,
Del dolor veo no más una niebla,
Porque con tus suaves miradas mi corazón tiembla,
Porque con tus fugaces caricias me vuelvo loco.
No se si en tu corazón todavía habita aquel ser,
Que lleno de ilusiones toda tu carrera,
Que supo llenar con su mirada, tu vida entera,
Que te supo amar y sin palabras entender.
Pero si él todavía te atormenta en recuerdos,
Y hace de la soledad tu enemiga,
Vengo aquí con mi corazón y alma herida,
A colmarte de amor con el corazón entero.
Solo busco un momento una oportunidad,
Un instante de tenerte cerca, corazón mío,
Para cubrirte de calor y que tu corazón no tenga frío,
Para abolir los anhelos y matar tu soledad.
Pero el abrir tu alma al amor, es tu decisión,
Solo en la nostalgia de tu vida, esta ese anhelo,
De encontrar en un amor el mismo cielo,
Y sin miedo entregar tu corazón.
Por eso en estos versos a ti me entrego,
Para poder dar mi vida por tus sueños,
Y ser de tu hermoso ser, dueño,
Y poder saber que tu anhelo soy yo,
Te espero solo te espero, mi amor…”