Sabe qué es la soledad,
desierto entre voces cruzadas en un sigiloso bosque profundo,
que al oír en alba a aves con hermosos trinos, trinos vacíos a mi alma,
que al crepúsculo atormentan mis oídos al anhelado deseo de volar a su lado,
que en ocaso silencio extraño sus voces alegres.
Si Dios me puso un camino de ausencia,
quién soy yo para imprecar contra su voluntad,
saborear debo cuanta contrariedad me venga en vida,
que el camino desviar imposible aunque pretendiera,
ya que elegí este camino que placer y paz me regala..